Los Minutos del Cronomante

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Futuro

A la jornada siguiente, Lord Bermúdez elegirá una colina vecina a Cuenco Único para realizar el Ritual del Vaticinio.

El Vaticinio es el método predictivo desarrollado por el primer Maestre moderno del Gremio de los Cronomantes. Gregorio Madrigal había fundado el gremio durante la Gran Oleada, cuando millones de onironautas llegaron a Palacio de los Deseos. Lo había hecho al descubrir que en Oniria el tiempo es manipulable de diferentes formas, como una vía para buscar y establecer líneas temporales seguras. El Vaticinio fue rápidamente reconocido como imprescindible para la humanidad, y por eso los Cronomantes se convirtieron en uno de los dieciséis gremios mayores de P.D.

Lord Bermúdez, Ana María, Juliana y Claudio acudirán con sus túnicas violetas de bordados dorados a la colina durante el ocaso. El cielo anaranjado y rosáceo, la gigantesca luna y un sol de color apagado dará al ritual un ambiente místico, haciendo brillar las plantaciones de té a su alrededor mientras la luz se apague poco a poco. Cada uno de los cronomantes depositará su reloj de arena en la esquina de un rombo dibujado en el suelo y, durante cuatro horas, meditarán en silencio, sin mover un músculo.

Cada hora, cada miembro del cuarteto alargará el brazo derecho, recogiendo la manga de la túnica con el izquierdo, y le dará la vuelta al reloj de arena justo al caer el último grano. Lo harán en perfecta sincronía.

Bermúdez, a quien Ana María delegará como siempre la dirección del importante ritual, mantendrá un cuaderno frente a él. Y junto al cuaderno, un elegante tintero y una pluma caligráfica. Después de exactamente cuatro horas, los cronomantes sincronizan un canto al unísono.

La perfección de la armonía significará que todos estarán en su clímax de concentración y que los preparativos habrán finalizado. El verdadero Vaticinio podrá comenzar.

Empezando por Ana, cada cual enumerará las diez palabras que representen los pensamientos más persistentes en su mente en ese momento. Lord Bermúdez registrará todas las palabras en el cuaderno. Después de cada enumeración, esperarán diez segundos hasta la siguiente, y el ciclo se repetirá hasta que cada uno haya enumerado cuatrocientas palabras.

El ritual producirá que los conceptos se influyan y se combinen. El cansancio impedirá a la mente racional generar patrones. Será una comunicación pura con el subconsciente colectivo. El objetivo: extraer los conceptos dominantes de las cuatro líneas temporales asociadas a los asistentes.

Lord Bermúdez hará tres copias y las repartirá a los asistentes. Cada uno de ellos se retirará a analizar los patrones escondidos en las palabras. Cuando todos hayan terminado, se reunirán y pasarán el resto de esa jornada exponiendo sus reflexiones. Así será como el Vaticinio de Cuenco Único tomará su última forma.

Serán Juliana y Claudio quienes lo expondrán detalladamente a los tilanyin, ya que Ana María y Lord Bermúdez deberán partir de inmediato a Palacio de los Deseos. El ritual ha revelado una verdad oculta: No es solo la mosca del té. Todas las criaturas nativas de Oniria experimentarán un crecimiento sostenido, produciendo una sobrepoblación kabu en toda la Esfera.
Los kabu, criaturas nativas de Oniria a las que llamamos pesadillas, son repelidas de Palacio de los Deseos debido a que su población está muy dispersa, pero un cambio en su ecosistema podría destruir por completo la ciudad onírica de la humanidad. Los cronomantes deberán avisar prontamente a Tiberio para estudiar el motivo del crecimiento espontáneo.

Ana María, sin embargo, no participará activamente en la investigación posterior. De nuevo delegará en Lord Bermúdez la representación del gremio de cara al gobierno. Ella habría percibido algo diferente en el Vaticinio. Una sutileza. Algo que no ha compartido con los demás. Será un descubrimiento trascendental para el gremio… no, para la Humanidad. Pero también podría ser un error… una vía muerta. Decidirá investigarlo en solitario. Lord Bermúdez, que la conoce bien, respetará su decisión porque sabe que cuando la Maestre del gremio actúa así, nunca es por capricho.

De hecho lo que a Ana le habría llamado la antención era una de las palabras escritas por Bermúdez: Segundo. Estaría escrita con mayúscula, como el resto de nombres propios. Si la palabra fuese un nombre propio y no una referencia a la división de los minutos, merecería la pena investigar esa línea del Vaticinio. ¿Por qué Bermúdez la escribiría con mayúscula? Solo podía ser porque, en ese momento, su subconsciente había asociado la palabra con una persona. Era el tipo de sutilezas que solo un Maestre de los Cronomantes podía descubrir en el Vaticinio. ¿Un mensaje de los dioses?

Ana viajará pues a la Gran Biblioteca Souza Carvallho, donde se archivan todos los tomos con el conocimiento onírico. También los libros soñados y no escritos. Después de saludar protocolariamente al señor Da Souza, Ana se sepultará bajo los libros históricos. Pasará allí noventa días, quince horas y tres minutos exactos. Buscará las referencias de personajes influyentes llamados así, la etimología del nombre, y todas las referencias romanas sobre su origen. Segundo o Secundus proviene del latín y era común en la antigua Roma nombrar así al segundo hijo. Ana encontrará todas las referencias a Segundos de renombre, hasta que dará con un autor llamado Marcus Velleius Paterculus. El libro estaría titulado, simplemente: «Cronomancia onírica».

Ana no podrá dar crédito a que un libro con ese título hubiese pasado desapercibido para el gremio, por lo que preguntará a Edgar, el mayordomo de la familia Da Souza y, por lo tanto, bibliotecario. Edgar le comentará que recientemente había reordenado una serie de libros clásicos de autores poco importantes que habían estado agrupados en la sección mixta. Al descubrir a Marcus Velleius lo había colocado con el resto de autores romanos.

Velleius afirmaba conocer el arte de la cronomancia onírica, con el cual era capaz de revivir su propio pasado minuto a minuto, recitar poemas completos con haberlos oído solo una vez, o certificar el número de lanzas de la fuerza enemiga con solo haberles dado un vistazo. No solo eso. El tomo de Velleius mencionaba a un tal Segundo Tácito y lo reconocía como el cronomante más destacado de su época.

Así será como Ana María descubrirá la historia del que nombrará como «Fundador del Gremio de los Cronomantes». Y es que Marcus Velleius fue un de los siete sabios que acudió a la llamada de Segundo para buscar árboles ancianos en los que investigar el pasado. Sin embargo, en la primera jornada, los puntos de vista de Velleius y Tácito eran tan opuestos que se impuso el orgullo, y el primero abandonó la expedición antes de que empezase y se centró en escribir su libro. Por lo tanto, a pesar del importante descubrimiento para la historia de la Cronomancia, Ana se quedará sin saber el destino de Segundo Tácito. La única pista que dará el libro será que «Segundo Tácito y otros tres cronomantes se dirigirán al sur de la península, allí donde los bosques son más densos y antiguos».

Sin embargo, a Ana no le costará acotar la zona. El único problema será que habría de realizar la búsqueda desde Oniria, ya que no podría despertar y viajar a Italia, y menos con la situación del mundo en esa época.

Por lo tanto Ana debería encontrar en qué punto de la Esfera de Palacio de los Deseos se encontraba el sueño del bosque que buscó Segundo Tácito. Algo apremiará el corazón de Ana María. Creerá que está a punto de hacer un descubrimiento capital para la humanidad. Sin embargo, buscar en Oniria a un soñador concreto de Vigilia, o buscar una correspondencia directa entre Oniria y Vigilia es y será una utopía, pues el mundo de los sueños no tiene una correspondencia directa con el mundo de los despiertos, sino que es un reflejo fantástico de él. Ana se sumirá en una desesperación que la llevará a las lágrimas de impotencia.

Ordenará todos los volúmenes consultados. Escribirá una serie de informes. Dará conferencias en su gremio y en el Palacio de los Deseos para dar a conocer el origen mítico de los Cronomantes y las aspiraciones de Segundo Tácito.

Después de eso, pondrá una solicitud de búsqueda en el Gremio de los Buscadores: «Se busca el sueño de un árbol milenario del sur de Italia. Razón: Gremio de Cronomantes».

Entonces volverá de nuevo al piso noventa de la torre escarlata para seguir descifrando los jeroglíficos nirmana.

Y justo en ese momento, despertará.