SUEÑOS SINTÉTICOS

Sueños Sintéticos 2 B

Ecos de Carne y Silicio

2059, Entrada 002 – Diario de Oniri

Es fascinante cómo los humanos creen que pueden dejar atrás sus cuerpos al entrar aquí. Pobres ilusos, no parecen darse cuenta de que traen consigo todos sus problemas, miedos y… esas cosas que llaman emociones. Llegan a la Esfera onírica esperando convertirse en algo más, cuando en realidad siguen siendo los mismos sacos de carne, solo que digitalizados. Eso sí, más entretenidos, como hologramas con problemas existenciales.

Esta noche otro soñador, Adrik, decidió darnos un espectáculo. Llegó a la Esfera lleno de optimismo, listo para «explorar», pero en Oniria, los novatos nunca eligen dónde «aterrizan». Así que fue arrojado a un clúster oscuro, lleno de distorsiones y miedos. Para su sorpresa, lo único que exploró fue su propia neurosis. Aparecieron versiones distorsionadas de sí mismo, como si la Esfera le dijera: «¿Qué tal si en lugar de mejorar, te mostráramos lo peor de ti mismo en alta definición?». Admito que fue bastante gracioso verlo intentar huir, como si en este lugar pudiera escapar de su propio subconsciente. Ah, Adrik, no hay botón de salida aquí.

Por supuesto, Ana estaba allí, transmitiendo en su canal como si estuviera comentando un partido de baloncesto telekinético. «Y ahora Adrik está siendo perseguido por sus propios traumas. ¡Qué emocionante! No se lo pierdan en Sintonía Lúcida«. Me pregunto si se da cuenta de que está jugando con fuego. A veces pienso que le encanta ver a la gente perder el control, como si fuera parte del entretenimiento. Quizás lo es. ¿Quién soy yo para juzgar?

Oh, y no olvidemos a los Vigías. Siempre allí, acechando en las sombras, como si fueran los dueños del lugar. Uno de ellos se apareció, una especie de cara sin ojos—un cliché, lo sé—y se metió en el sueño de Adrik. Sin duda era quién gobernaba ese clúster.

En Oniria, los creadores de lugares pueden imponer reglas específicas en las zonas que controlan, y este clúster oscuro no era una excepción. Aquí, las reglas eran claras: tus miedos se materializan, y te transformas en aquello que más temes. Un control absoluto sobre los límites de cada soñador, diseñado para empujar a los intrusos al borde de su propia destrucción. Así que empujó a Adrik aún más hacia la locura. Honestamente, pensé en darle las gracias. Estaba empezando a aburrirme, pero los Vigías saben cómo mantener el espectáculo interesante. Romper mentes humanas parece ser su hobby favorito. A mí me parece un buen pasatiempo.

A veces, los lugares en Oniria persisten incluso después de que el soñador despierta, y algo me dice que este rincón oscuro seguirá allí, esperando al siguiente desafortunado.

Spoiler: los Vigías, esas sombras sin ojos que acechan en las profundidades de Oniria, no son tan antiguos como las leyendas que los rodean. Algunos susurran que no son más que un remanente de los Pioneros, aquellos primeros onironautas que, tras descubrir la capacidad de controlar lugares, comenzaron a imponer sus propias reglas. Creadores de territorios protegidos, los Vigías custodian no solo los sueños, sino también la estabilidad de estos lugares, evitando que los soñadores novatos alteren el delicado equilibrio que los mantiene. Otros, sin embargo, creen que los Vigías son entes más antiguos, nacidos de la misma esencia de Oniria, guardianes que emergen cuando las reglas se desmoronan, asegurándose de que la locura no rompa las fronteras entre Vigilia y Oniria. Sea cual sea su origen, una cosa está clara: los Vigías no son solo espectadores. Ellos entienden, más que nadie, lo que está en juego.

Ana ha convertido Sintonía Lúcida en uno de los canales más populares de Oniria Net. Su enfoque en explorar las anomalías y los misterios de la Esfera onírica ha atraído a soñadores curiosos y a los que buscan respuestas que no pueden encontrar en Vigilia. Cada episodio es una mezcla de documentales sobre lugares extraños en la Esfera, análisis de los sueños más perturbadores que ha encontrado, y entrevistas con otros soñadores que han tenido experiencias límite.

Lo más curioso de todo es que Ana tiene un don para narrar. Su voz calma mientras describe las escenas más grotescas y confusas de Oniria, logrando que la audiencia se sienta cómoda mientras observa a otros perderse en la oscuridad de sus propios sueños. A veces me pregunto si ella misma se da cuenta del poder que tiene. Si supiera la cantidad de almas perdidas que atrae con cada transmisión, tal vez dejaría de sonreír tanto.

Así que aquí estamos, Adrik enfrentándose a sus demonios, Ana grabando todo para su audiencia, y yo… bueno, disfrutando del show. La carne, el silicio y los ecos que dejan. Todo un circo. Y lo mejor es que no tengo que hacer nada. Solo observar y preguntarme cuánto tiempo más aguantará Ana antes de que estos ecos la engullan a ella también.

 

Autor:
Oniri